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la Piloñesa

Tenía, el que suscribe, un profesor, de cuyo nombre no se quiere acordar, de mote Mortadelo, voz de pito y cerebro de mosquito. Era Mortadelo espécimen especialista en filosofía, o al menos de eso presumía. Ya se sabe que en el país de los ciegos el tuerto es una señoría. Toda una eminencia, por cierto, el susodicho, en razonamientos lógicos del tipo:

(α → β, β ¬ ¬ α)

Que junto con derivadas, integrales y demás gilipolleces de dudosa utilidad para el ciudadano medio(discúlpeme el atrevimiento, amigo matemático) nunca quise, ni fui capaz de comprender.

Para todo aquel profano en la materia, a grosso modo, y hasta dónde la ignorancia me permite llegar a explicar, era el razonamiento lógico, una herramienta que dictaba desencadenantes causa/efecto, partiendo de dos o más premisas previas. Una manera gráfica de decir verdades absolutas, para que nos entendamos.

Aquí lo que nos interesan son las bicicletas, ¿no?, pues si una verdad absoluta hay en esto de las ruedas de tacos, el pedal y el golpe de riñón, es que, en un cocktail ideal, no pueden faltar ni una buena dosis de desniveles ascendentes, ni un puñado abundante de tramos trialeros, todo ello aderezado con barro y hormigón a partes iguales. Y ya se sabe, al igual que no se puede escatimar en kilometrajes ni porcentajes, es condición indispensable recorrer el conjunto en toda su longitud y del tirón.

-Hablando en el lenguaje de Mortadelo:((A ʌ B ʌ C ʌ ┐ D) → E)… o algo así…

-Hablando en cristiano: Si hay barro y pendientes y trialeras y no escatimamos en kilometradas, entonces hay BTT del bueno.

Después de llegar de la Traspirenaica hubo un tiempo en que me rondó la cabeza la idea de crear un roadbook que recogiera la vuelta perimetral al concejo de Piloña, a imagen y semejanza del que Jordi Laparra editara como guía para cruzar los Pirineos. Siempre tuve cierta facilidad para actuar antes de pensar, así que por casa anda todavía rodando el primer esbozo de guía, con varios tramos de la ruta en cuestión ya dibujados, a la espera de que algún día vuelvan las interminables noches de invierno y la inspiración.

Más tarde, en la semana de montaña que el grupo de montaña Vízcares organiza cada Noviembre, los hermanos Javier y Román Benito lanzaron al aire una propuesta de gran ruta senderista circular, tramada años atrás y trazada sobre los límites naturales del concejo, entendiendo por límite natural la vertiente de aguas. Quedaba la puerta abierta a iniciativas cicloturistas, carreras de montaña y demás proyectos del estilo.

Con todas esas premisas, y a sabiendas de que es este concejo avellanero la cuna del incipiente movimiento castrón, la Gran Vuelta a Piloña en “montanbai” no podía tardar en ser completada. Sobran aquí ingredientes para preparar el cocktail, sobran también c….., castrones, vaya… De ninguna forma íbamos a permitir que fuera un “foriatón” el que se nos adelantara.

Así las cosas alguien, algún día, mandó una salva de correos: una cita, una ruta, una hora, un lugar. Acababa de nacer la Piloñesa.

Hay en Piloña varios colosos clásicos que todo el mundo conoce (Tallones, El Cayu, Friera, Sellón…) esta ruta es, de alguna manera, una concatenación de todos ellos. Un poker de ases, salpicado de técnicas escaleras descendentes de color (dicho así: ¿verdad que suena mejor?)

Hagamos de la Piloñesa una clásica, descárgate el track aquí  y estrena el verano acercándote a la tierra avellanera. Te aseguro que esta ruta no te va a defraudar.

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